miércoles, 30 de septiembre de 2009

Del amor y otros demonios, parte 2


¿Por qué no ser sincero y decir las cosas como son?

Últimamente esa pregunta ha rondado mi cabeza. Sé que aveces mi franqueza es extrema y puedo llegar a lastimar a la gente por ser tan directa, pero a final de cuentas quienes me conocen saben que soy así y que si quieren una respuesta sincera pueden acudir a mi.

¿Es mucho pedir que sea recíproco? ¿Por qué es tan difícil que la gente te diga la verdad de frente? Si bien es cierto que muchas veces esa verdad no es precisamente lo que queremos escuchar, eso ayuda a no seguir con la incretidumbre del ¿qué estará pasando?, ¿estará siendo sincer@ conmigo?, ¿será eso lo que en verdad piensa? y en mi caso el ¡¿qué chin.... significa eso?!

La última vez que -después de mucho insistir- alguien me dijo la verdad (esto no significa que nadie más la diga, sólo hago referencia a un asunto de gran importancia), me hicieron demasiado daño. Sí dolió, y dolió mucho, pero gracias a eso me fue más fácil seguir adelante, dejar de cuestionarme y comprender la situación.

Hoy otra vez me encuentro en esa encrucijada, no sé si debo seguir adelante en ese asunto o de plano dar media vuelta y alejarme. He sido demasiado sincera, soy demasiado transparente -para bien o para mal- y él es todo lo contrario. No se toma nada en serio. Evita responder las preguntas que hago. Se ríe de ellas.

Creo que tengo mi respuesta.

2 comments:

adolf0 on 1 de octubre de 2009, 7:22 dijo...

Que bueno que tienes tu respuesta y sobre todo que sepas bien a dónde quieres llevar tu vida después de haber salido lastimada. A veces no nos es fácil volver a confiar tan facilmente. Un abrazo y la mejor de las suertes en la decisión que tomes :)

March La Cinefila Desconocida on 3 de octubre de 2009, 12:16 dijo...

Bueno, al menos alguien está teniendo más respuestas que preguntas. Te quiero.

 

Just Cri Cri Copyright © 2008 Black Brown Art Template by Ipiet's Blogger Template