Tratando de ser optimista

Dios no te pone pruebas que no puedas superar. Es una frase que ya había escuchado antes, cuando por primera vez me tuve que enfrentar a la muerte de un ser querido. Ahora me hace más sentido que nunca. No sé si creas en Dios o no, pero yo sí tengo fe en que hay un ser superior que va preparándonos el camino a la felicidad. Si bien no puede darnos las instrucciones exactas, siempre pone pruebas que nos irán guiando hasta el fin último. Pero bueno, este no es el tema del que quiero hablar. Si has leído mi blog últimamente, sabrás que no han sido unos días fáciles para mí. Los primeros días después de la ruptura fueron sumamente desgastantes: muchas ideas daban vueltas en mi cabeza tratando de entender qué sucedió, en qué había fallado. Mi corazón exigía respuestas, necesitaba saber qué había provocado que mi amor decidiera dejarme.

Unos días después obtuve mi respuesta: lo que más temía se había hecho realidad. Me dolió mucho escucharlo, pero entendí muchas cosas. Por más doloroso que fue, me dio la fuerza para por fin cerrar ese capítulo. A unos días de ese último suceso, la frase con la que comienzo este post le dio sentido a toda la situación. He tratado de sacar lo mejor de toda esta experiencia, y como dije antes, el hecho de que sienta todo este dolor es una muestra fehaciente de que amé con toda mi alma, y eso siempre va a ser motivo de felicidad.

Por alguna razón que aún desconozco, toda esta situación me llevará a encontrar una mejor relación, me ayudará a ser una mejor novia, una mejor amiga. Como lo he dicho, me llevo tantas cosas tan buenas que prefiero dejar de lado estas semanas que sólo enturbian la felicidad que me diste a lo largo del tiempo que estuvimos juntos.

Quisiera saber si tú también te llevas cosas buenas de todo esto. Quisiera saber cuáles fueron mis errores, quisiera poder aprender de ellos para no volverlos a cometer. A final de cuentas, lo que no te mata te hace más fuerte y sin duda, esto no me matará.

Ante el dolor

Ante las situaciones de la vida, existen varias opciones para reaccionar. Cuando nos lastiman nos podemos deprimir, enojar, podemos reclamar, aceptarlo, llorar. Cuando nos dan una buena noticia podemos reir, festejar, llorar. Yo no reaccioné muy bien ante la primera vez que me rompían el corazón: exigí una respuesta, reclamé, me enojé, me deprimí.

Ahora que lo pienso, puede ser que yo misma haya provocado que terminaramos mal. He tratado de solucionarlo, ya tengo mi respuesta y junto con ella llegó el cierre de ese capítulo. Me dolió mucho, sí, pero poco a poco lo he ido superando, esto no me va a detener.

Espero que tú también te des cuenta que tampoco eres perfecto, y que tu reacción tampoco lo fue. Espero que podamos dejar atrás estas últimas semanas y nos quedemos sólo con todo lo bueno que tuvimos. Yo ya lo he valorado, yo ya lo pensé e incluso te lo agradecí. No sé si tu te hayas quedado con algo bueno de mi. A final de cuentas todas y cada una de las experiencias nos ayudan a crecer y a aprender.

No dejes que todo se pierda

Confirmé mis sospechas, todo aquello que temí se volvió realidad. Ahora sé que debo continuar sin mirar atrás, sin embargo y a pesar de todo, quisera ser parte de tu vida y que tú fueras parte de la mía.

Como te lo dije, yo no quiero regresar, pero te ofrezco una amistad sincera, sin doble moral, sin otra intención más que la de ver por la felicidad y el bienestar del otro.

Te siento tan lejos. No entiendo por qué necesitas borrarme de tu vida si la lastimada aquí fui yo. Espero que tú seas el que decida dejarme entrar de nuevo y que no dependa de otra persona esa elección.

En verdad extraño platicar contigo y saber que puedo confiar en ti.

3:49 AM

Debería estar durmiendo, pero cada vez que cierro los ojos, recreo momentos que me hacen sentir muy triste, no puedo dormir. No quiero seguir viendo esas escenas. Trato de pensar en otra cosa pero finalmente regreso a ese punto. Ha vuelto el hoyo en la panza, las náuseas y el sentimiento de vacío.

Te lo pregunté directamente y dijiste que no. Si supieras que estás haciendo bien, no hubieras tenido problema en admitirlo. Pero eso ya no me debe importar, debo dejar atrás todo lo que fue y lo que no fue para seguir adelante.

Necesito fuerza para olvidar, para dejar de amar. Necesito coraje para admitir que no eres la persona de la que me enamoré. Esa persona jamás hubiera hecho esto que tú estás haciendo. Me siento decepcionada, y aunque en el fondo aún tengo la esperanza de que seas como yo creí, mi cabeza entiende que no es así. Entre más pronto mi corazón se dé cuenta de eso, más rápido podré olvidarte.

Eso es lo que quiero, olvidarte, dejarte atrás, no acordarme de ti. Así como tú lo hiciste conmigo.